INTRODUCCIÓN: Según los últimos estudios que se han realizado el cansancio es muy perjudicial para nuestra salud. 
El cansancio está provocando serios problemas gastrointestinales, cardíacos, neurológicos, infecciones en la piel, depresiones, falta de sueño. Todo ello se debe porque este mundo está demasiado acelerado: cargas excesivas de trabajo, agendas muy ocupadas, llevando problemas del trabajo, la casa, la familia. ¿CUÁNTOS VAMOS A LA CAMA CADA NOCHE CANSADOS PERO YA PENSANDO QUE PASARÁ MAÑANA?
El mañana no ha venido y ya estamos cansados. También nos damos cuenta de que el cansancio acumulado tiene efectos en nuestra vida espiritual.
– El cansancio no nos permite leer y estudiar la Biblia.
– El cansancio no nos permite orar.
– El cansancio no nos permite congregarnos entre semana.
Y todas esas disciplinas espirituales que no se practican provocan debilidad espiritual.
Entonces estamos físicamente y espiritualmente débiles. Por lo tanto somos presas fáciles para el enemigo.
No es que el cansancio sea pecado, pero debe ser la oportunidad para acercarnos más a Dios.
Esaú estaba cansado, demasiado agotado. En ese estado no se pueden tomar decisiones muy deprisa, traen muchas consecuencias que vamos a lamentar.
¿Cuáles son esos efectos peligrosos del cansancio en nuestra vida espiritual?
I.- EL CANSANCIO PROVOCA DESÁNIMO.
a. Esaú dijo: Yo me voy a morir.
b. Una persona desanimada prefiere estar sola, se aísla de la familia, por eso no asiste a la Iglesia. Creen que Dios y las personas no las valoran.
Fácilmente caen en depresión llevándoles a los vicios: drogas, alcoholismo, fornicación, adulterio y al no salir de estas situaciones prefieren la muerte.
II.- EL CANSANCIO PROVOCA MURMURACIÓN.
a. Esaú también dijo: ¿Para qué me va a servir la primogénitura?
b. Los murmuradores no son agradecidos.
Reclaman a Dios, a los padres, a los hijos, a la Iglesia, a los pastores. Todo lo critican, todo lo alegan, todo les ofende, nadie lo hace bien sólo ellos son los mejores.
III.- EL CANSANCIO NOS LLEVA A MENOSPRECIAR Y A CAMBIAR LAS BENDICIONES DE DIOS POR LO QUE NO TIENE VALOR.
a.- No es una casualidad que la palabra de Dios nos mencione en esta historia dos veces el detalle del cansancio de Esaú.
El cansancio de Esaú fue lo que hizo que menospreciara la bendición de su primogenitura y lo cambiara por una comida, por un plato de guisado de lentejas.
La primogenitura era el derecho legal de ser dueño de la bendición espiritual y material, cuando el padre muriera.
b.- Tenemos que reconocer que muchas veces hemos cambiado la bendición de Dios por algo que no tiene valor, y ¿Por qué lo hacen? Porque se sienten cansados de todo lo que esta pasando en su vida, por las situaciones que están viviendo, porque sienten que ya no pueden más.
– Hemos atendido más al trabajo que a Dios.
– Hemos atendido más a los estudios que a Dios.
– Hemos atendido más al negocio que a Dios.
– Hemos atendido más a todo afán y ansiedad que a Dios.
Y de todo eso no hemos ganado nada sino solamente cansancio que nos está separando de Dios.
No nos damos cuenta que el problema no está en los planes de Dios, ni en la vida de las otras personas, ni el problema sea tu familia, ni la iglesia, sino el cansancio que hay en tu vida, por todas las cargas que llevas, por todo el cansancio acumulado que hay en ti.
HOY PODEMOS SER LIBRES EN EL NOMBRE DE JESÚS
¿QUÉ TENEMOS QUE HACER ENTONCES?
A.- Tenemos que venir a Cristo, con nuestras cargas, con nuestras angustias, con nuestras frustraciones.(Mateo 11:28)
SÓLO EN CRISTO HAY DESCANSO
B.- Necesitamos rendir todas nuestras cargas en el Señor, tenemos que reconocer que no podemos ya más con ellas nosotros solos.(1 Pedro 5:7)
SÓLO EN CRISTO HAY ESPERANZA
C.- Tenemos que recibir por la fe las fuerzas nuevas que nuestro Dios da a los que le buscan (Isaías 40:29)
SÓLO EN CRISTO HAY FORTALEZA
CONCLUSIÓN:
Jueces 8:4. La vida de muchos cristianos debe ser exactamente así, estamos cansados, agobiados, pero seguimos en la lucha, seguimos en la batalla de la vida.
– Cansados pero yo iré al Culto.
– Cansados pero yo iré al Estudio Bíblico.
– Cansados pero yo buscaré a Dios.
No vamos a permitir que el cansancio nos desanime, seamos murmuradores y despreciemos lo mejor de Dios. Vendré a Cristo porque en él hay descanso, hay esperanza, hay fortaleza.
El cansancio no es pecado, pero cuidado si nos aleja de Dios estamos perdidos. El cansancio debe ser la oportunidad para vencer la carne y buscar más de Dios. Eso se logra con la ayuda del Espíritu Santo.
JUVENTUD JOSUE 
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