EMBAJADORES DE BUENAS NUEVAS 2 REYES 7:1-9 

INTRODUCCIÓN:  Había hambre en toda Samaria, habían sido sitiados por Siria. Ese era un cruel castigo y una estrategia de guerra que se hacía, con tal de someter a los habitantes de la ciudad y así poder conquistar esa tierra. 

John Frane un teólogo inglés en cierta ocasión dijo: “Una iglesia que no esté preocupada con alcanzar a los perdidos no es solamente una iglesia débil, podríamos decir que esa no es una iglesia”. 

Como cristianos y como iglesia local no sólo debemos declarar la verdad, no sólo debemos enseñar la verdad, no sólo debemos aprender la verdad, sino que tenemos que ser embajadores de anunciar la verdad a las calles.

Así como los sirios tenían sometidos a los de Samaria, así hoy en día el enemigo tiene sometidos a muchos, una sociedad que poco a poco muere sin fe y sin esperanza, es una muerte lenta que todos viven. Y es entonces cuando la iglesia debe ser protagonista y tomar su papel como embajador de buenas nuevas.

La misión de la iglesia no es la prosperidad, no son las multitudes, no son la construcción de majestuosos templos. La misión de la iglesia es anunciar las buenas nuevas y hacer discípulos que sigan al Maestro.

¿POR QUÉ DEBEMOS ASUMIR LA RESPONSABILIDAD DE SER EMBAJADORES DE BUENAS NUEVAS?

I.- PORQUE EN LAS CALLES HAY NECESIDAD DE DIOS.

a.- Las Escrituras son claras que estaban rodeados y se estaban muriendo de hambre y para satisfacer su hambre comenzaron a cometer faltas: se comían las cabezas de los burros, el estiércol de las palomas, los niños. Eso es una sociedad sin Dios, para satisfacer su necesidad busca la solución en el pecado, los valores morales se pierden, los principios bíblicos no son tomados en cuenta. Y entonces cada quien hace lo que bien le parece.

b.- Así hoy en día están rodeados del enemigo y aunque en apariencia se ven bien, se puede notar la tristeza, el vacío, el dolor de que no solo necesitan el dinero o sus bienes, necesitan algo más, NECESITAN DEL AMOR DE DIOS, ESE PODER QUE TRANSFORMA LAS VIDAS.

 c.- Note usted que los leprosos salieron de la ciudad, su condición de leprosos se los permitía, el pensamiento de ellos fue de alguna manera vamos a morir, pero que no sea de hambre y se fueron de la ciudad y encontraron que en el campamento sirio no había nadie.

Esos éramos nosotros en una condición que nadie daba algo, pero encontramos refugio en el campamento de Dios, ahí desapareció nuestra congoja, la tristeza, porque Dios suple toda necesidad. Una vez hemos recibido el favor de Dios, hemos recibido su bendición de salvación.

II.- NO PODEMOS CALLAR LAS BUENAS NUEVAS.

a.- Los leprosos encontraron la salvación, ya no morirían de hambre. Había en sobreabundancia comida, bebida, riquezas, ropa. El gozo, la vida reavivo en ellos.

b.- Así nosotros un día encontramos la salvación, hemos encontrado el campamento de Dios y hoy aunque no tengamos posesiones materiales de gran valor como quizá antes lo teníamos, eso no se compara con el gozo, con la vida que Cristo nos ha dado, aún más de saber que nos espera la vida eterna con el Señor. Dios nos encontró y hemos recibido más de lo que esperábamos. 

c.- Por tal razón no podemos callar las buenas nuevas. Los leprosos encontraron la bendición, pudieron satisfacer su necesidad. Eso no estaba mal, era lógico lo que estaban haciendo. Lo malo fue que al verse tan bendecidos comenzaron a esconder lo que encontraban a su paso, lo hicieron una y otra vez. ¿Y eso es pecado? SI, SE LLAMA EGOÍSMO: TODO PARA MÍ Y NADA PARA TI.

No estaba bien que solo ellos estuvieran disfrutando de semejantes bendiciones, mientras los demás estaban muriendo de hambre en Samaria.

No es posible que nos sentemos a la mesa del Rey a disfrutar de los banquetes y no traer invitados a esa fiesta a que también disfruten de este manjar. ¿SOLO QUEREMOS EL CIELO PARA NOSOTROS? EXAMINEMOS NUESTRO CAMINAR, NO SEA QUE PENSANDO QUE ESTAMOS HACIENDO BIEN, OBREMOS MAL Y NI SIQUIERA LOGREMOS EL CIELO PARA NOSOTROS.

Los leprosos hicieron conciencia, se sintieron confrontados y tomaron una decisión, eso quiere el Espíritu Santo hoy.

III.- TOMEMOS UNA DECISIÓN: HEME AQUÍ, ENVÍAME A MÍ.

a.- Los leprosos toman una decisión de dejar el campamento, dejar ahí la bendición, dejar la comodidad y salir a donde está la necesidad. 

b.- Debemos tomar ejemplo de ellos, disfrutemos de estar en la bendición pero compartamos con los no alcanzados esa es nuestra responsabilidad y nuestro privilegio.

c.- Yo predico y la gente no quiere. Al principio, los de Samaria no les creyeron a los leprosos, pero cuando se les confirmo que era cierto, corrieron todos a la bendición.

d.- Dios le rescató a usted, a mí, lo quiere hacer también con otros pero quiere alguien dispuesto a que en el nombre de Jesús compartamos de su plan maravilloso y todos logremos la bendición.

 TOMEMOS LA DECISIÓN, SER EMBAJADOR DE BUENAS NUEVAS. 

Por: Rafael A. Reyes

Pastor Iglesia Cristiana Josué Merliot, Asambleas de Dios