NADIE COMO DIOS

Los montes tiemblan delante de el, y los collados se derriten; la tierra se conmueve a su presencia, y el mundo, y todos los que en el habitan. Nahum 1:5

Es temprano. Te despiertas dispuesto a iniciar las actividades de un nuevo día, pero sientes el sabor amargo de la impotencia ante una montaña de dificultades. Crees que no tienes fuerzas, estas cansado de luchar y el miedo se apodera de tu corazón y no hayas que hacer; lee de nuevo el versículo de esta reflexión, te habla de un Dios Todopoderoso, en cuya presencia los montes tiemblan y los collados se derriten.

El profeta Nahum exalta el poder de Dios. En muchas ocasiones para entender por experiencia propia lo que significa el poder de Dios, es necesario llegar al extremo de la incapacidad humana.

Conozco a muchas personas que en los momentos de desesperación, sin saber que hacer, cuando todos los recursos humanos han fallado, no les queda otra alternativa que reconocer a Dios.

Lo maravilloso es que Dios nunca te echa en cara la incredulidad pasada, aunque le moleste que no lo hayas tomado en cuenta, el no te dice: «Ah, te acordaste de mi porque todo te fallo»; el simplemente, abre los brazos y te recibe, dispuesto a darte una nueva página.

La única garantía de victoria y de permanencia es Jesús y es la mejor decisión que la persona puede tomar. Aquel que esta en Cristo, aunque este muerto vivirá. Deposita toda tu confianza en el.
No importa lo que vayas a enfrentar hoy o ya lo estés enfrentando, sal ante ello sin miedo; tu seguridad es el Dios de los Ejércitos.